
Si en otra entrada decíamos que es interesante hacer fotos a objetos normales, también lo es hacerlas en
momentos que son
interesantes. Tras una cena con velas el ambiente era fantástico, así que no dio pereza coger la cámara, montarla en el
trípode y acabar de montar la escena para un bonito
encuadre. Así de improvisado.
Hay que decir que en este caso la única iluminación con la que se contó fue la luz de las velas, así que inevitablemente hubo que hacer varios disparos hasta que conseguimos lo que queríamos: que las velas dieran luz suficiente a la escena como para que se viera bien, pero que no llegaran a ser una zona completamente quemada y sin información en la imagen, sólo lo suficiente para no restar importancia a las copas. Y al tercer intento lo conseguimos.
1 comentario:
Me gusta mucho la foto y la atmosfera que se ha creado Es increible lo que se puede conseguis solo con la luz de unas velas!
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